Peckinpah abandona su poesía de la violencia para deleitarnos con un simpático western crepuscular, teñido a partes iguales de comedia y melancolía. Actores en estado de gracia, personajes inusuales e inolvidables, una dirección magistral y una hermosa banda sonora coronan un film emotivo y triste, sobre la muerte de una época y la llegada de unos tiempos exentos de romanticismo y sentimiento, que arrollan con sus rápidos coches y trenes el antiguo mundo. De lo mejorcito de "Bloody Sam" (Waster, en filmaffinity.com).
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