En el viejo Oeste, los libros de historia hacen referencia a la figura del juez Roy Bean por su singularidad, su carácter esperpéntico y su relación con unos seres no menos peculiares. La leyenda generada en torno al juez Roy Bean se sustenta a través de una serie de relatos de los cuales deviene uno de los protagonistas principales de la función, como el viejo Grizzly Adam y su firme decisión de abandonar a su esposa para irse a vivir a Montana con un oso. Bean impide que Grizzly Adam pueda morir en la localidad de Alacrán, pero como regalo a título póstumo éste deja al cargo del heterodoxo juez un osezno. Así pues, el osezno y el juez Bean establecen una estrecha relación plena de emotividad que se amplia a una tercera figura, la de la madura actriz Lily Langtry. A la postre, la hermosa Lily Gantry se convierte en objeto de veneración por parte del juez Roy Bean (
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El Juez De La Horca