Todo tiene un principio, y el comienzo de los "Spaghetti" western hay que buscarlo en un film estadounidense y no italiano. Sí, si existe una historia que dé principio a una nueva manera de mirar y narrar el far west, esa es esta película. Sin duda alguna, uno de los atractivos principales de este filme lo ponen sus dos protagonistas principales: Gary Cooper y Burt Lancaster. Ambos conforman una pareja tan disímil como llamativamente explosiva. El primero, un ex oficial del ejército confederado probando suerte en México, buscando de alguna manera reconstruir su destruido pasado; el segundo, un simple bandido sin escrúpulos, dispuesto a matar y robar, también traicionar, con tal de satisfacer sus ambiciones. Algo así como el agua y el aceite, aunque unidos porque no tienen mas remedio, sabedores de que llegará el momento en que ambos deban enfrentarse y solo uno de ellos, termine siendo el ganador. Cabe también destacar el excelente reparto, que cuenta entre otros con la participación de César Romero, Denise Darcel, Ernest Borgnine, Jack Elam y un desconocido Charles Bronson, además de la actriz española Sarita Montiel. Una película entretenida, de suprema acción, con muchos personajes jugando a la intriga y a la traición, todo bajo una suprema dirección de Robert Aldrich. Una de sus mejores. Una cinta imperdible que en 1954 estableció las bases para toda una colección de filmes que hoy son conocidos como "spaghetti". Un Western para ver, una joya del celuloide (
klaudio, en
filmaffinity.com).
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Vera Cruz